Melanophryniscus montevidensis – Animales venenosos

Melanophryniscus montevidensis


El Melanophryniscus montevidensis es un sapo venenoso perteneciente a la familia Bufonidae, como el conocido sapo de caña. El nombre de esta especie se compone del sufijo latino -ensis, que significa «que habita, que mora», y montevid [eo], en honor al lugar de su descubrimiento, Montevideo.



El Melanophryniscus montevidensis se conoce con el nombre inglés Montevideo Redbelly Toad, que significa literalmente sapo de vientre rojo de Montevideo.


En portugués, los anfibios del género Melanophryniscus se llaman Flamenguinho, en referencia a los uniformes rojos y negros del equipo de fútbol de Río de Janeiro.


Esta especie podría confundirse fácilmente con Melanophryniscus atroluteus.


Apariencia


Este anfibio es muy pequeño. El macho mide entre 1,9 y 2,4 cm y la hembra entre 2,2 y 2,8 cm. Aparte del tamaño ligeramente mayor de las hembras, el dimorfismo sexual no es evidente.


El color predominante del cuerpo es el negro, con manchas amarillas a los lados del cuerpo. El vientre es negro con manchas amarillas y rojas. La piel tiene un aspecto seco y está cubierta de pequeñas verrugas.


Las patas tienen una membrana interdigital poco desarrollada. La parte inferior de las patas, que está en contacto con el suelo, es roja.


Hábitat de Melanophryniscus montevidensis


Esta especie prefiere las zonas costeras con dunas y suelos arenosos, en particular la región de la costa atlántica de Uruguay.


Su hábitat natural son las marismas de agua dulce con orillas arenosas y arbustos y vegetación con abundante follaje.


Comportamiento


El Melanophryniscus montevidensis es un animal diurno. No es difícil encontrar ejemplares que incluso se muevan bajo el fuerte sol del verano de los lugares donde vive. En invierno, sin embargo, es posible encontrar estos pequeños sapos después de fuertes lluvias y si la temperatura ambiente es superior a los 15°C.


Si se sienten en peligro, suelen permanecer inmóviles. Curiosamente, se colocan con el vientre y las palmas de las manos al descubierto para mostrar su coloración roja y amarilla. Al mostrar los colores brillantes, advierte a los posibles depredadores de su carácter venenoso.


Esta postura defensiva, presente también en otras especies del género y en otros géneros, ha sido denominada Unkenreflex.


Veneno


La piel de estos sapos segrega alcaloides como las pumiliotoxinas. Estas sustancias pueden ser muy tóxicas e incluso mortales, pero sólo en altas concentraciones.


Según los estudios realizados, se ha comprobado que el contenido de alcaloides varía mucho tanto entre ejemplares individuales como entre las distintas poblaciones de estos sapos.


El veneno del Melanophryniscus montevidensis puede causar problemas en los seres humanos. Los alcaloides pueden afectar a los canales de calcio, interfiriendo en las contracciones del corazón y los músculos.


Entrar en contacto con esta especie puede provocar síntomas como dificultad para moverse o hiperactividad. La manipulación de muchos de estos sapos con altas concentraciones de sustancias tóxicas podría provocar la muerte.


Sin embargo, los alcaloides tóxicos de Melanophryniscus montevidensis parecen ser producidos por su dieta.


Los anfibios capturados en la naturaleza y alimentados con una dieta sin alcaloides han mostrado una reducción de la concentración de sustancias tóxicas segregadas por la piel a lo largo del tiempo. Esto sugiere que estos sapos dependen del acceso continuo a presas que contienen alcaloides para mantener sus niveles naturales de defensa química.


Alimentación


La dieta de estos animales consiste principalmente en pequeños artrópodos. Se alimentan principalmente de hormigas y, en menor medida, de ácaros, pequeños escarabajos, colémbolos y pulgones.



Foto: Wikimedia Commons


Reproducción


Aunque las hembras de esta especie están preparadas durante todo el año para la reproducción, ésta está ligada a los días cálidos que siguen a las fuertes lluvias. Suele producirse desde finales de la primavera hasta principiosdel otoño.


Algunas observaciones parecen confirmar la presencia de un comportamiento territorial en los machos durante la temporada de cría.


Los machos utilizan su voz para atraer la atención de las hembras, mediante un silbido repetido y diversas vibraciones. Durante elapareamiento, los machos masajean a las hembras y ambos realizan curiosos movimientos de agitación.


La hembra suele poner entre 15 y 20 huevos, que adhiere a la vegetación anegada. Para ello se utilizan charcos temporales de no más de 40 cm de profundidad.


Conservación de Melanophryniscus montevidensis


Esta especie está en la lista roja de la UICN y, lamentablemente, se considera vulnerable.


Corre el riesgo de desaparecer debido a la deforestación y la reforestación con especies exóticas, los cambios en el drenaje de las llanuras de inundación y la urbanización. Los pesticidas, los fertilizantes y todos los demás contaminantes locales contribuyen a su progresiva desaparición.


El Melanophryniscus montevidensis puede considerarse extinto en varias localidades costeras de los departamentos de Montevideo y Canelones. También hay una notable disminución de sus poblaciones en algunas localidades del Departamento de Maldonado, donde estaba presente hasta hace pocos años.


Por estas razones, su estado de conservación se considera digno de especial atención.


Difusión


Melanophryniscus montevidensis vive en Uruguay, en los departamentos de Montevideo, Canelones, Maldonado y Rocha. También vive en el sur de Brasil, en Chuí, en el estado de Rio Grande do Sul.


Melanophryniscus montevidensis

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